(Fragmento)
Un cántico en la noche. Una palabra
que va del corazón a estos lugares
cerrados, ahora míos, dentro y fuera
del consistorio hasta los arrabales,
porque mañana ya será otro día
—aunque nunca del todo el tiempo pase—
y la ciudad sustenta su destino
que propicia la muerte irremediable.
Es, ahora, la noche cuando advierto
un cansancio de mínimos jornales,
libres y presos desolados pechos,
ausencia de amorosas iniciales
en las alcobas, dudas y suicidios,
miedo de ser silencio intransitable,
solitarios andenes y estaciones
de trenes por noctámbulos parajes.
Y canto —vedme así— por si pudiera
en ese tramo de la vida y trámite
ser la lluvia mi voz que cae borrando
de la noche sus signos miserables.
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