DEFINITIVO ADIÓS AL PADRE
Cuando te dije adiós, yo no sabía
que besaba tu recia calavera;
nadie me dijo que la muerte era
tan presurosa, o no lo parecía.
Para aliviar tu trágica agonía,
padre, corrí cruzando la frontera
donde la tierra te acogió extranjera,
distinta a la de tu alta alfarería.
Corrí a beber tu llanto y despedirme
con la tristeza oculta, pero firme
la esperanza de amarte en otro lado.
No sé donde estarás, padre, ahora mismo
cuando he roto mi viejo catecismo,
ni si me escuchas sé; manda un recado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario