MI TIERRA SOLO TIENE UNA LUNA
Recorrí tantos soportes que entré en ellos.
Escribía, entonces, electrocardiogramas.
Las personas descifraban las ondulaciones,
y cual mar, las llevaba a alguna orilla.
Pero ella era mi luna.
Ella cambiaba los dibujos de mis versos
ella llenaba de estrellas mi mundo marino.
Cuando ella estaba,
en mis ostras nacían las perlas
en manera de eternizar mi luna.
Así los versos adquirían la vida del mar
ornamentándose de estrellas y de perlas,
pero respondiendo al sol y a la luna.
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