EN VILO
Cantos macabros, en un haz de luz vuelan
sosteniendo la agonia intensa, breve, silenciosa;
quejas eternas que en el corazón penetran.
Los labios anidan el rumor de la muerte
y con el viento, pasados recuerdos se vierten
en la incandescencia moribunda de sus ojos
en el rechinar arenoso de sus dientes fofos.
Caen coros de espiritual aroma celestial;
un esfuerso más por ver, sabe que morirá
cascadas por doquier, no atraen a la vida
“no te mueras” insuficiente…y resta vida.
El tiempo indiferente, enfría en su boca
reposa en él, la muerte irrebatiblemente
con ligereza le cubre mortaja oscura roja,
el invierno coagula sus huesos, tibiamente.
Lamento y desdicha hechas desgarro
su silencia será complice de su olvido
sus ojos abiertos, los labios cerrados
un sutil brillo de complacencia irradian
un vuelco “no te mueras”…y ya no esta aquí…
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1 comentario:
No entiendo en el trasantepenúltimo verso de la última estrofa hay una palabra (silencia) quisiste decir (silencio) así si se entiende...interesante.
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