P E N S A M I E N T O Y C O R A Z Ó N
Sigue viviendo en sus obras
cuando se muere el artista
pues su hacer no es de egoísta
y no se presta a maniobras.
En medio de las zozobras
y con gran sentido altruista
logra una nueva conquista
sin aspavientos ni robras.
Le brinda satisfacción
el trabajo terminado
y así es su nuevo blasón.
Al morir y ya olvidado
ese será su legado:
pensamiento y corazón.
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