VUELVES
Volviste a besarme con tus negras mentiras.
Volviste a acariciarme con tus manos que pudren.
Volví a sentir de cerca tu arrogante vanidad.
En cada acercamiento,
mis ojos dibujaban a tu alrededor,
tinieblas negras.
Y tu aroma que algún día me hipnotizo
por su exquisita dulzura.
Hoy a tu acercamiento
me obligo a cubrir mi nariz,
provocándome asco.
Pero que puedo hacer hoy mocosa,
sólo recuerda:
“yo para ti ya estoy muerto”.
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