POR AMOR
No llores amiga, yo no quiero ver
que el límpido cielo de tu corazón,
vierta por tus ojos rocío de lágrimas
desde grises nubes de amargo dolor.
Olvida el agravio del ser que jamás
daría su vida por un gran amor;
pobre ser que ignora que son sus prejuicios,
endebles cadenas para una pasión.
Hay límites sagrados que el humano no debe
trasponer con sus leyes o imponer su razón;
es solo el juez supremo de las leyes divinas,
el único que puede juzgar a un pecador.
Ha sido la sangre de tu ser amado,
semilla en tu vientre, donde germinó;
después de gestarse justo nueve lunas
ha dado su fruto la siembra de amor.
Si al sol del cariño cultivas el fruto,
si eres Madre en toda su gran dimensión:
podrás por ti misma redimir la culpa…
¡Si puede ser culpa lo que manda Dios!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario