A MIS CUARENTA
Me desperté con este sol, caliente
Cuya luz, de las tinieblas me rescató,
Despejando las dudas de mi mente
Y mis inquietudes, me arrebató
Me vi nadando solo contracorriente
Ni mi alma, de ello, se percató
Sumergido estaba profundamente
Hasta que mi dulce amargura flotó
En mi retina, mezcla de colores
A mis cuarenta, cuadros persistentes
Recuerdos que suscitan mis ardores
Me debo al maestro que ejercitó
Sin su obra, no tendría mi ente
Ni sería actor en este plató.
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