SIN TÍTULO
Soy materia insulsa
en la mitad del aire contemplativo de la noche.
Pero hay un pero importante.
Tan solo he comenzado esta inútil carta
–si así puede llamarse-
para darme cuenta que no posee
un término especulativo.
Me dispongo por lo tanto
a hacer voluntad sobre mi cuerpo
y a dejar de convulsionar los dedos.
Llevas un dios adentro.
Convéncete.
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