III.
No es como si una gaviota
llevase en su boca
una estrella de mar,
no es la pena blanda,
ni el duro pico,
ni la pasarela bamboleante,
pero si el pájaro soltase su presa
y esta chillase que ya no quería
ver más mar, sino volar
y al ave le diese verguenza matar
y a mi vista se escondiese
y abandonase la carne,
yo lo haría,
devolvería al agua
lo que sabe nadar.
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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