Altivo y bello cisne en mi retina
sumido en embeleso de zafiros
que nada en un pantano de suspiros
inmerso y atrapado en la neblina.
A un leve movimiento se adivina
el cambio inesperado de sus giros
¡No tengo más remedio que advertiros:
la rabia incontenible lo domina!
Irreal, violento, esquivo y frío
rompe el ave el cristal de su candor.
Difunde en rededor su desafío.
¡Con brusco movimiento de temblor
recorre por mi piel escalofrío
que contagia a las aguas mi temor!
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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