Viene con las manos llenas de esencia,
canciones olvidadas y verdor.
Con yemas encendidas de fulgor
asoman tiernas flores de inocencia.
Sus pétalos al viento de imprudencia
transmiten por las ramas su blancor
que atrae a los insectos su dulzor
de almibarado néctar de excelencia.
En un instante inunda de ilusión
los campos que despiertan a la vida
brotando las semillas de la tierra.
¡Es musa que trae nueva estación
y difunde su huella indefinida
en cada nota de color que encierra!
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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