II
Así fue la historia:
Recogíamos cuantas hojas /bajo el hipogeo del cántaro de leche /
Sonaban // tu muslos en el cañaveral y yo con el plumaje del corazón oprimido
Arqueaba el cuello para ver tu sombra.
Cómo olvidarían nuestros ojos –querido- las torres que éramos.
Estalactitas contra estalagmitas ensamblaban nuestros cuerpos
Vírgenes montañas en la selva virgen / brotaban las caricias
Como las primaveras en Colima
Escucha, amor mío,
Ya que no tenemos más el canto, acaso nuestro corazón se tiña de azul
En las sedientas sombras de lo que fuimos.
Escucha,
Vendrá una música distinta y abriremos los brazos,
Verás el brillo de mis caderas/ la fe del cuerpo / que ya no es un pájaro taciturno.
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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