Estaba mezclado en el silo de tus ojos
como si fuese grano de trigo arrancado del sol,
pensando en tus manos cuando me cortaron
en el cielo del agosto eterno.
Pensaba que no había muerte más dulce
que reposar con mis hermanos
a manos de tu piel áspera y curtida,
soñando con volver a tu mirada de agua.
Pero el hombre me hizo odiarte
cuando me arrancó de tu sencillo sueño
y me hice anatema del amor, perjuro,
y a la vez vengador de mis hermanos moribundos.
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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