DE ASPECTO DE NÁCAR
Tarde a tarde es igual,
la misma fisonomía atribulada,
los recuerdos te vuelven a mi,
mis ojos deslumbrados
se bañan en la transparente
irradiación de tu presencia.
Hay una mezcla incesantemente grande
de penas y alegrías.
Te derramas a raudales
en luminosos efluvios de amor;
si, es amor y es un amor punzante
y por siempre contenido.
Cada tarde mi efecto es triste
y soberanamente melancólico.
Tu me haces volver día a día
con un verdadero sentimiento de pena y amor.
Eres una luna blanca
de aspecto de nácar,
labios sonrosados,
eres reverberar de un sol.
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