ENFRENTANDO AL ESPEJO
OLVIDO
Y así empezaron mis días de infortunio con no poderte recordar ni
verte reflejada,
en el claro cristal de mis recuerdos. Ya se acabó el amor por ti y por
mí; ya somos dos extraños que se miran, en otros ojos, otras lunas no
quebradas, que reflejan otros cuerpos, otras manos, otros besos,
después de haber botado a la corriente, los maléficos trozos del
espejo.
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