1/5/11

POEMA DE ANTARES

DESENCUENTRO

Con la insolencia de la juventud inquieta,
con el desafío de tus pocos años,
con la obstinación de aquella meta
que creíste tardíamente encontrada,
con el aturdimiento de una voluntad
antepuesta a la razón más lógica,
llegaste ante mí balbuceando excusas.
Me heriste como mujer, no como madre,
acusando con deplorable acento
en juicios que te venían bastante grandes.
Lloré sin ser vista, me partiste el alma,
pinté una sonrisa impersonal, respiré hondo,
alcé al cielo una jaculatoria amiga
y supe entonces como siempre supe
que te quería hasta el ultimo poro,
hasta el más fugaz aliento,
aunque me quitaras, poco a poco, la vida

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