1/5/11

POEMA DE IRWING GUSTAVO PLATA (41)


TU DULCE VIRGINIDAD

Me quede con el aroma que desprendía tu cuerpo.
Tu piel virgen nunca antes explorada.
Solamente me quedan las miradas penetrantes y fijas
que hacia cada vez que quería.
Una sola vez me sentiste cerca.
Firme,
y con una sonrisa vergonzosa te alejaste.
Me dejaste con ningún recuerdo de piel,
con ningún recuerdo de tacto.
Me dejaste con nada,
con mis manos ansiosas de tu cuerpo,
con mis labios hechos fuego
por probar tu dulce virginidad.

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