Tú, ¿dónde vas, desquiciada? Tú, esa rosa marchita que se debate
entre el pasado que logró y el presente que naufraga.
Tú, casualmente desmembrada, amontonada en una esquina de este mundo
por veintisiete banderas que son estrellas en tu mentir.
Europa, ¡oh!, Europa: desgraciada. No he visto en tu candela de luz
una sonrisa, sin un haz de llanto y destrucción. Europa, ¡oh!, Europa: hechicera.
Durante milenios fuiste la niña mimada, a costa de tu hermana la del sur,
a la que dedicaste una traición y ahora te niegas a dejar entrar.
Sobre las almas enteras soberanas, yo te maldigo. ¿Me oyes?
Te maldigo a ti, que hiciste creer que todos éramos uno
y cuando no fueron quince, fueron veintisiete;
Si cuando fuimos uno, eramos en realidad solo dos:
[Nous sommes soulement un pays] [Wir sind onhe ein Land]
En las aciagas costas del sur, desubicados, se hallan tus amigos.
Aunque es posible que creas en tus amistades congeladas del norte
de este sueño que nació y murió en Europa. Sí, vieja Europa: has muerto.
Y las voces que un día soñaron contigo...Esas voces...
Se callarán, sumisas... En los confines de los Urales,
en los brazos del océano Ártico... En las entrañas de un misterio...
Nunc et ora, oro pro vobis. Adieu! Auf biedersehen! Bye! ADIÓS
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