LAS EMPLEADAS DEL SÚPER
Muchachas sois de las que yo prefiero
—Tamara, Abigail, Dora o Alicia—
por cantar, en auténtica primicia,
al nuevo súper de mi barrio obrero.
Con vuestra gracia juvenil os quiero,
sabiendo el corazón que no codicia
nada más que soñar una caricia
cruzando por la caja, placentero.
No me llevo la compra de regalo;
mas bien sé yo que obtengo una ganancia
aunque no esté el artículo en oferta.
Y vuelvo cada día, bueno o malo,
a aspirar esa mágica fragancia
que el arte vuestro de vender despierta.
--------------------------------------------
Este poema participa en el
I Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario