EL RELOJERO Y EL CLÍTORIS
El relojero mira el clítoris
que tiene delante y duda.
¿Será un reloj?
Pasa el dedo y lo ve excitarse.
Ahora él también está excitado.
Se dispone a lamerlo.
Retrocede.
Admira nuevamente el clítoris
que le ha dado tanto afecto
estas semanas y piensa
``Si pudiera quedarme con su clítoris.´´
Vuelve a tocarlo pianíssimamente
y lo lame ¡al fin!
Lame todo su continente
y el clítoris se hincha,
quiere reventar,
quedarse para siempre ahí
en su boca de relojero.
``Si pudiera ´´
Piensa.
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