EL BARCO
Frente al estanque espejeante
converso con el silencio.
Me armo de papelito un barco
y lo dejo zarpar luego.
La montaña sonriente bosteza
al observar el naciente día,
y yo con enojo lanzo piedras
frente a mi rara sombra.
Es preciso vivir y dar vuelta
pero cobarde me detengo,
No sé si morir o buscar vida…
¡Mi barco ya está lejos!
cargando tesoros para mi agonía.
Despreocupado y pensativo quedé,
dejando escapar mis sueños…
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