FRÁGIL
Cuando la soga se rompa
caeré al fondo,
cuando el cristal se quiebre
me hundiré sin remedio.
Pero el vidrio partido
no cede de un golpe,
aguanta crujiendo
quizá un largo tiempo.
Hasta el diamante se parte
como una delgada lámina,
aún el acero se funde
blanda arcilla maleable.
Cuando la superficie ceda
no habrá más salida,
cuando la grieta se abra
me ahogaré en lo profundo.
Pero mientras resista, es mi deber,
y casi una prueba de humanidad,
no caer, no hundirme, no ceder
el precario equilibrio sobre el hielo.
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