La Jueza
Amortizando el camino,
en cada paso en la penumbra,
sediento de versos prohibidos,
y lascivas palabras.
Despierto dormido
en cada luna llena
mi etéreo sino.
Busco en cada cama,
entre las sabanas,
y las mullidas almohadas,
la noche en que perdí mi alma.
Sin encontrar Jueza, que de condena
o me absuelva de esta muerte eterna.
Que yace atormentada,
bajo la espesa niebla.
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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