Palabra divina
Hebreos 4: 12
para mí espíritu...
Tu palabra siempre me sostiene:
En la luchas y en las pruebas,
mi refugio es:
como aceite sobre mis heridas,
como el habla en la mañana.
La pena se vuelve en un canto,
y en mi desierto nace su llanto.
La tristeza se torna en alegría,
mi soledad en dulce compañía.
Es suave miel hacia mis labios:
Tu mensaje convierte mi alma,
y todo mi ser:
como la luz en las tinieblas,
como aliento para tantas vidas.
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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