Carta al amigo que no conozco.
Yo sé que existís, amigo…
Si hasta imagino tu rostro
y tus ojos soñadores…
soñadores… de infinito.
En mis horas de angustia,
te pensaba, ansiando
contarte las cosas,
que a nadie contaba.
Vendrás una tarde,
para hablar de poesía…
para entender…..
lo que nadie entendía.
Solo te pido que no tardes,
porque a veces…me siento muy sola…
porque a veces…me siento cobarde.
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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