Mágico equilibrio
En el preciso momento, que el agua
besa la tierra. Y la breve semilla
respira a través del beso. Sencilla
brota la magia. Y con latidos fragua
la vida en la floresta. Doncella de
cristales, que abrazas la piel fecunda
de la madre del Almendro. Inunda
con tu vestido el firmamento y ve
a donde nacen los ríos. Oculta
los dolores de las rocas. Y afianza
con frescor, los cimientos del arpegio.
Perséfone en su reino te consulta
y hasta las ninfas ríen con confianza.
Eres divina:
en este mundo regio.
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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