Jueves, 15 Mayo 2014 23:41 Escrito por Redacción
Arriversos comienza con fuerza su undécima edición
Divertido y ordenado, Francisco García Marquina derrochó poesía en Arriversos, versos rimados, dedicados a mujeres perdidas o soñadas, a un tiesto, describiendo la fiesta de un pueblo alcarreño o definiendo lo que no es una pipa. Interactivo con un público que le conocía y disfrutaba con su poesía, reían, el público y el poeta. Un buen inicio de este festival. Antes, Mario San Miguel había pregonado el Festival, logrando congregar a bastantes personas. La jornada la cerraba Inma Luna en el Liceo Café con una poética directa, que no insinúa, denuncia.
Arriversos llegaba a la nueva ubicación en la Plaza Mayor con un pregón juglaresco a cargo del poeta, escritor, compositor y cantante, Mario San Miguel, que con un espectáculo insólito y divertido logró congregar en plena calle a muchas personas, que terminaron encantadas con la actuación, que mezclaba cuentos con trasfondo, consejos para ser feliz, para compartir, para dejar de competir. Era el encargado de anunciar Arriversos y lo logró con éxito.
A continuación, Arriversos se trasladaba a la caseta principal de la Feria del Libro, donde estaba programada la actuación inaugural del Festival. "He de reconocer que la primera vez que escuché a Marquina recitar me deleitó su fina ironía, rozando el sarcasmo, pero sin ofender. Me animé a leerlo más y descubrí su enorme erudición y que parecía que disfrutaba con lo que escribe. Fui coincidiendo en más citas culturales y de Marquina pasó a ser Paco" presentaba Laura Rincón, miembro de la asociación cultural Grupo El Observatorio -que organiza Arriversos- al primero de los poetas invitados a Arriversos.
Marquina cogía el testigo y hacía buena la presentación con la lectura de sus poemas. El recital tuvo calidad, como es habitual tratándose de Marquina, uno de los mejores rapsodas de Guadalajara que, con la excusa de presentar su poemario "Esto no es una pipa", recitó poemas incluidos en el mismo, pero también otros que no.
Todos hicieron disfrutar a los presentes -incluso en inglés-. Comenzaba con poemas breves y doble sentido que hacen sonreír a quien los escucha. El público, espontáneo, le daba su opinión y hasta se atrevían a solicitarle una performance. No se animó a incluir actuación en su recital, pero no era necesario, porque el sentido de sus versos logra atrapar a quien lo escucha.
Marquina acababa de recitar a las 21.00h, para decepción de los asistentes, que se quedaron con ganas de escuchar algún que otro poema más. Al terminar, la poesía de Arriversos emigraba al Liceo Café, donde estaba programado el recitado de Inma Luna, una poeta muy interesante, capaz de hacer un poema reivindicativo a partir de la etiqueta de un bote de champú.
La selección de poemas que eligió fue variado y navegaba desde poemas surgidos de la pena por la pérdida de su padre, de la alegría de sus nietos, del vértigo de un despido, del desarrollo juvenil en un colegio religioso, de la etiqueta de un bote de champú... de cualquier cosa que la rodea. También, leyó un interesante relato corto con sorprendente final.
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