EL HOMBRE
Es un hombre alto.
Mira sin decir nada
y sigue andando.
Los ojos claros,
ahora en el invierno,
más lluviosos
en ese pasillo
de la ciudad
por donde la gente
pasea, o corre,
por mejorar
los análisis clínicos,
o por llenarse la cabeza
de nubes que no duelan.
Nunca le he visto hablar.
Vive debajo de uno de los puentes
de la autovía.
No sé por qué a veces
me recuerda a Whitman:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario