Y tú,
morada del deseo,
en tristes liturgias perdidas,
teñiste con sangre tu espada,
arrancaste de un pecho la vida.
Y ahora,
con sangre en tus labios imploras
amor a tu alma cautiva.
--------------------------------------------Este poema participa en el
I Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"


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