Recuérdame mañana
cuando mi ausencia ya no hiera,
y sea tan sólo un mar en calma;
cuando la esencia de mi alma
crezca como la hiedra
entre tus lágrimas cristalizadas.
Recuérdame mañana,
cuando por ti me torne brisa
y surque el cielo de tu mirada;
cuando tu rostro dibuje esa sonrisa
que enaltece la luz del alba.
Recuérdame, vida mía,
cuando brote de nuevo la vida
que hoy nos falta.
Recuérdame mañana…
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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