Mi herencia
a cada tranco que da la vida,
creo,
que si mis ideas se mantienen firmes,
inclaudicables,
si mis manos se ven laceradas.
y afanosas por el derrotero cotidiano.
si mi corazón se encuentra abatido
de tanto usarse,
si mis pies se ven trashumantes y fatigados
si mi billetera pesa menos que la amistad.
podré decir sin temor a equivocarme:
“Aquí estoy,
dejo mi vida de herencia”.-
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Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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