A ELLA, SIEMPRE
Eres el astro
que me dobla las piernas,
el único dios
que haría que un impío
doblara la rodilla en tierra.
Eres el mar y sus mareas,
la luna encendida y las estrellas.
Eres flexible como un junco
y dura como la madera.
Entre tus brazos quisiera estar
me quieras o no me quieras;
pero si me amaras,
siempre viviría
aunque en ti muriera.
Rafaelcastillo morales
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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