Guitarra mujer
Cuándo el corazón siente el rasguido agudo de una guitarra,
que como eco recorre poro a poro la piel,
en el alma nacen pequeños y dolientes
quejidos angustiosos de añoranzas sentimentales
que desgarran en vena y queman cada lágrima que lo delata.
Borbotones de sangre ennegrecida por pasiones prohibidas y culposas
bullen desde las entrañas, cuando las manos acarician
cada cuerda vibrante de ese cuerpo de mujer
que como virgen se entrega y deshoja,
y palmo a palmo en el ronco gemido gutural
del salvaje y feroz penarse desploma amarga.
Cuándo muere el alma en el renacer continuo del amor
que supura ternuras inmensas repujadas en los labios y grabadas en el ser.
Cuando cada amanecer se pinta de púrpuras, es que anuncia el destello,
de que todo puede volver a suceder…
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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