ARROGANCIA
De pechos altivos es tu arrogancia
y ardo por jugar la eterna baza
de regurgitarme en su pingüe hogaza
por siempre ebrio de tanta prestancia.
Así, nunca ahíto en su constancia,
mi arrobo se demora en tu coraza
a dentelladas, cual perro de caza,
sacando de tu veta más ganancia.
Y esa nalga que el vulgo conjetura
por su lugar natural cual bajeza,
le juro yo que en su donosura
no puede darse mayor alteza,
ni habrá para este ardor cesura
cuando en su mano luzca tal belleza.
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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