A la memoria de Concepción Rubio
La sedosidad de tus cabellos
cayó como lluvia imaginaria
tu abrazo se circunferencializó
como el suave respirar de un bebé que duerme
y tus palabras se extendieron
como miel sobre pan que crepita
de repente llevabas la ternura de la seda
sobre la madre de la espalda
y el universo parecía construido
con el melódico talón de tus valses
pobre niña
pero ya no eras un cuerpo ni una luz
sino una muerta que no olvida

Este poema participa en el III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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