Maldito
Maldito el veneno de tu amor,
que me ha embelecido desde el primer momento
en el que se cruzaron nuestras miradas
en aquel abyecto convento.
La virgen logró retenerte con mayor fuerza que mi amor,
imersa en mi soledad me ha dejado,
arrastrándote a los brazos de Dios...
Maldito el hábito cubre tu cuerpo
casi despreciando tu belleza,
la sonrisa picaresca con la que me conquistabas
ahora permanece seria y tiesa.
El alba me encuentra en el tiempo,
le agrega un día a mi agonía,
tú no has regresado
a siquiera acabar con esta cruel vida...
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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