No hay tiempo ni nunca lo hubo,
ni hubo luz, pues nació tras la fiebre,
de dos corazones que rugen y matan,
que laten y aúnan sus tristes compases,
cinco estrofas de amor a la luz de la luna.
Del blanco azulado que tu rostro blandiera
de rayos de luna por el aire encantados,
sólo queda un hechizo de terrible silueta
que al mirarme se acerca, que al acercarme se aleja.
De aquellas estrellas que brillantes arroparon
nuestros dulces abrazos en noches cual esta,
la luz se ha apagado pero recuerdo aquel beso,
entre flores rojas, entre rosas negras.
Amor de la noche que marchó con el viento,
Ahora recuerdo la luz de aquel fuego
y suspiro, respiro, tu aire con duelo,
Amor de la noche que marcho con el viento.
De nuestro amor no queda nada, de mi vida sólo el recuerdo,
Y del más dulce beso que nuestros labios sellaron,
una noche de amor a la luz de la luna.
--------------------------------------------Este poema participa en el
I Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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