DEBERES
El día tiene sus urgencias
-los mismos lunes rutinarios-
y el hombre baja en ascensor vacío a la calle
seguro de cumplir su tarea.
Todos lo hacen, sin distinción de oficio
sin que el cargo les libre de la danza
por tiempos repetida.
Para después, la música y la letra.
La vida tiene sus deberes.
El poeta al final de la jornada
sube el pan y olvida el periódico.
Para más tarde
-noche oscura, casa sosegada-el poema.
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Este poema participa en el
I Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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