Ese segundo de deseo
Nos empeñamos
en pensar que la belleza se saca
de los caminos más difíciles
de las rosas con espinas
de los amaneceres de noches rotas.
La belleza, la felicidad
esa dulce pluma que se pierde
conforme el viento la roza y la suspira.
Ese efímero segundo de deseo
y engaño, pues a veces engaña.
Ese segundo de deseo
que llamamos de tantas formas
que sentimos de una sola
que nombramos belleza
que nombramos felicidad.
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Este poema participa en el
III Concurso de Poesía "Corazones Lateversos"
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